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El pasado lunes 16 de Septiembre, en el marco del Festival de Cine de LET’S CEE (Viena), han hecho un homenaje a Alexandr Sokúrov, proyectando parte de su filmografía y además invitándole a dar una MasterClass – por el módico precio de 40€/25€ estudiantes.

 

Antes de aparecer, proyectaron su película “Stone” de 1992. La película narra el encuentro de un joven con un fantasma, un hombre excéntrico que homenajea la figura de Chejov.  Por desgracia los subtítulos no funcionaban, la organización decidió colocar una voice over en inglés encima de los diálogos en ruso y el resultado fue que no se entendía casi nada, así que no voy a “profundizar” en el guión del film. Sí puedo deciros que se trata de un film con clara influencia del cine de Tarkovski, donde la poética de largos planos es muy importante. El ritmo está tratado para ahondar en momentos en que los personajes muestran sus sentimientos a flor de piel. La presencia de la ventana es constante, especialmente como reencuadre de los personajes y como distorsionadora de la imagen. También Sokúrov emplea lentes que, según sus propias palabras, pide por encargo específicamente, en las que hace desaparecer la perspectiva y crea efectos visuales muy curiosos. La profundidad de campo desaparece, pero también se alargan las figuras en una clara influencia del trabajo pictórico del Greco de la que es muy consciente. Otro elemento importante son las sombras, constantes como segmentaciones de los protagonistas. Están presentes los planos en los que las figuras permanecen cortadas y descentradas, las líneas diagonales. Hacia el final, el romanticismo toma lugar. Se enfrenta al paisaje con la figura del hombre como en las pinturas de Friedrich, aparece la tormenta, la nieve, y la muerte. La película es, en definitiva la espera y la mirada.

Fotograma de “The Stone”

Aquí os dejo unas notas (en inglés) de Alexandr Sokurov al respecto de la película:

“Stone” inherits and develops the artistic principles of The Second Circle — the previous work of the director and his colleagues — playwright Yury Arabov, director of photography Alexander Burov, sound director Vladimir Persov. However, in this new work the visual component, based on the traditions of Russian impressionism, is even more active. The black and white image is far closer to a monochrome water–colour as the creators never forget to soften the black deepness of shadows.

As far as its dramatic intonation is concerned, Stone is undoubtedly a Russian film, but not only due to the fact that we can recognize Anton Chekhov in one of the characters and not only because the action takes place in the house where a famous Russian family once lived.

This is a profoundly lyrical film because of its special ‘chamber’ atmosphere and the modesty of emotions: quiet intonations, permanent sadness, and a feeling of the deeply tragic nature of life. Stone is a film that would never search for the audience: its voice is too quiet. This film will meet with its audience only if the audience searches for it.

Después la MasterClass consistió en hora y media durante la cual Sokurov respondió las preguntas del público, lo cual como suele suceder tenía tanto ventajas como inconvenientes. Sokurov aprovechó para remarcar cómo le gusta trabajar en su cine.

Sokurov entre las dos traductoras para inglés (izquierda) y alemán (derecha), fotografía de eventos en Madrid por Milena Martínez Basalo

Sokurov entre las dos traductoras para inglés (izquierda) y alemán (derecha).

 

Al respecto del trabajo con los actores, remarca que no le disgusta trabajar con actores no profesionales (en el sentido de no formados académicamente), porque aportan siempre algo nuevo, intenta sacar siempre algo bueno incluso de los personajes que son negativos. Considera que en el cine se debería de cambiar de actores, porque al trabajar el mismo actor en muchas películas, afirma que da la sensación de que los directores roban a los actores de una película a otra. Para Sokurov, el cine comercial es un gran monstruo que se come a la gente, porque te hace perder un tiempo cuando sales decepcionado de la sala que no puedes volver a recuperar. Y los directores no se hacen responsables de esto, por lo que nunca te devuelven esa pérdida personal. Es más peligroso, dice, que las drogas o los problemas medioambientales.

Sokurov destacó la importancia de la literatura en el cine. Para él, la literatura es nuestro mejor maestro. Un director debería apreciarlo porque lo visual no lo es todo. Dice que en su caso va unido de la mano el mundo del cine y de la literatura, porque le permiten vivir en un mundo abierto.

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A la hora de rodar una película, Sokurov siempre busca que esté todo controlado, pero asegura que es importante la presencia de la improvisación. Busca una relación libre entre él y sus actores, que les permita ofrecer lo máximo sin exigirles más allá. Por ejemplo, en Fausto, trabajaron el guión en un recinto teatral de una manera muy estricta, y una vez que considero que estaba conseguido, durante el rodaje los actores eran libres de aportar, especialmente aquello que le proporcionaba encontrarse en el espacio.

Por último, también resaltó la profunda relación que une su cine con la pintura. Como en otras entrevistas de hace tiempo (AQUÍ tenéis una, en la que profundiza más en este tema y AQUÍ un artículo de la revista online Contrapicado).  Reivindica el papel del arte en general y,  en especial, el siglo XIX. En esa época se desarrolló profundamente el arte, a través de una senda de avances por la que aún estamos caminando. Turner, El Greco, son algunos de los que más le han influido, y especialmente destaca la relación que entre cine y pintura hay por la imagen plana en la cual se establecen unos límites de encuadre y de perspectiva.

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