Hoy os quería acercar en el blog tres sesiones diferentes con Irene como protagonista.

El año pasado, 2016, fue un año muy importante para Víctor y Ana, una pareja increíble que decidieron ser papás y trajeron al mundo a la pequeña Irene. Me permitieron ser testigo de todo el proceso y es un placer poder compartiros algunas de las imágenes.

Quería enseñaros algunas fotos aquí en el blog porque es una manera de mostraros tres sesiones de fotos muy diferentes. Una sesión en estudio de embarazo, una sesión a domicilio de recién nacido y el bautizo de Irene.

La sesión de embarazo la realizamos en Madrid, en el estudio 4Lights. Fue una sesión superdivertida donde aprovechamos para pasárnoslo genial. Lo mejor es traer ropa cómoda y que os permita estar a gusto. Es ideal poder llevar algún detalle a la sesión, como en este caso fueron los futuros zapatitos de Irene. Además de unas preciosas fotos de pareja, aprovechamos para hacer algunas fotos de detalle de la tripita. La decoraron con su nombre y  también hicimos algunas fotos de la mamá sola con su futura peque en la tripa.

Después del nacimiento de Irene, por temas de agenda no pudimos hacer la sesión de la pequeña antes de los 15 días, que son las fechas recomendadas para una sesión newborn. Que el bebé sea tan pequeño es ideal para que pase más tiempo dormido y sea más fácil realizar fotos de retrato mientras descansa. Por ejemplo podéis ver algunas fotos de la sesión con María Victoria con 14 días en este mismo blog. Cuando crecen un poco más, pasan más tiempo despiertos y sobre todo son muy inquietos, por lo que es más difícil conseguir que tanto el pequeño como los padres estén relajados durante la sesión.

Sin embargo Irene con su mes y medio tuvo una mañana espectacular. Despierta y curiosa posó para la cámara y se dejó hacer de todo, y después se quedó profundamente dormida. Aprovechamos entonces para hacerle algunos retratos con prendas que su mamá tenía preparadas.

Por último durante su bautizo, un par de meses después, pude retratar a Irene de nuevo. Esta vez el contexto es muy distinto, aunque Irene volvió a portarse genial y estuvo super concentrada y atenta toda la ceremonia.

El bautizo es un momento muy señalado para los padres y las familias. Es un día lleno de emociones, que llevan preparando cierto tiempo y donde la familia y amigos cercanos están apoyándoles. Como fotógrafa para mí es un trabajo muy importante, sobre todo, el saber transmitir esos sentimientos en imágenes que queden en el recuerdo. Aunque tengo experiencia en otros eventos de reportaje social como bodas, en los bautizos todo pasa muchísimo más rápido.

Como en las comuniones, suelen celebrarse el de varios niños al mismo tiempo y la ceremonia es muy corta. Hay que saber moverse con respeto y cuidado, sin molestar pero estando siempre atentos para poder captar las sensaciones, que para mí están presentes sobre todo en las miradas, y son tan sólo un instante.

Espero que os gusten las imágenes de estas sesiones tan bonitas. ¡Ha sido un placer y estoy deseando poder fotografiarles de nuevo!

Recordad que si estáis interesados en saber más sobre este tipo de sesiones, podéis escribir a info@milenafotografia.com o a través del formulario de la web.

¡Gracias!