La primera escapada no podía ser a otro sitio, sino a Klagenfurt. Desde Velden, justo del otro lado del lago Wörthersee, es la población más importante, la capital de Carintia y la más poblada.
Es una ciudad que acoge a muchos estudiantes, durante el año, y en verano el centro estaba lleno de turistas, aunque las horas de calor hacían que la gente se refugiase donde podía a la sombra y en las tiendas. Por supuesto, con el calor que hay en esta zona de Austria, lo más anhelado son las heladerías. Por un euro diez cada bola de helado, uno puede refrescarse cerca de la Plaza Vieja, con casi cualquier sabor de helado italiano, desde ron crujiente, frutas, pannacotta o la clásica stracciatela.
El pequeño centro se recorre en poco tiempo. Edificios bajos y elegantes se encuentran por doquier, y las bicicletas, por supuesto tampoco faltan como medio de transporte favorito en una ciudad sin apenas cuestas. También están presentes las leyendas en Klagenfurt. La atracción principal es su dragón: Según la Leyenda, existió en Klagenfurt una oscura criatura, un dragón llamado Lindwurm. Este dragón vivía en un pantano cercano, situado en la zona que actualmente se encuentra a mitad de camino entre el centro de la ciudad y el Wörthersee, y se alimentaba de las muchachas que encontraba por los alrededores. Para matar al monstruo hubo que utilizar la astucia. Para ello, unos valientes caballeros, levantaron una torre, en cuya parte superior encadenaron a un buey como cebo, y en dicha cadena colocaron, además, un garfio para atraparlo. Solo tras atraparlo pudieron darle muerte. Estos orígenes legendarios se ven representados en el escudo de la ciudad, donde aparecen el dragón y la Torre.
En el centro está la estatua del Wörthersee Mandl. Cuenta la leyenda que antes había una ciudad elegante y rica donde ahora está el lago. Antes de Pascua, todo el pueblo se reunió para bailar y festejar. Entonces apareció un hombrecito canoso (el Wörthersee Mandl) para avisarles de que no se dejaran llevar por la fiesta y la gula y respetasen la Pascua. No hicieron ni caso. Así que el hombrecito amenazó con abrir su barril y traer desgracias a la gente. Pero el pueblo se rió de él y continuó festejando. Cuando llegó la medianoche, una tormenta terrible llegó, se apagaron las luces y temblaron las paredes, y del barril del hombrecillo empezó a salir agua sin parar, que entró en todas las casas, las habitaciones, hasta inundar por completo toda la ciudad y los alrededores, y ahogar a todos los habitantes impíos. El resultado es el Lago Wörthersee. Ahora, la ciudad está enterrada en la profundidad del lago y se cuenta que los pescadores, en las noches de verano, aún pueden escuchar sonidos provenientes de la ciudad desaparecida.
No podía faltar tampoco una visita a la playa del lago, por supuesto entrar en sus instalaciones es de pago, pero uno puede dar un paseo por los alrededores en el bonito parque que hay y tomarse algo en una terraza tranquilamente, mientras los cisnes y los patos también disfrutan de la naturaleza.
A foto dos dous cisnes é preciosa. Encántame o diluvio universal “made in” Klagenfurt xD
Sí, ata os diluvios son riquiños aquí jaja 🙂