Este fin de semana pasado me he hecho una escapada que tenía muchas ganas de hacer. Nunca había ido aún a Alemania, y esta era una buena oportunidad. Aunque el viaje fue un poco accidentado por temas del mal funcionamiento de los trenes (por obras, el tren se adelantó 20 minutos – !!se adelantó!! -, y tuve que hacer una jornada de 13h horas en 4 trenes y un bus, en vez de un tren directo de cuatro horas y media), pude disfrutar de un sábado y parte de un domingo en la ciudad de la cerveza.
Lo más propio de la ciudad es el Oktoberfest, que se celebra en el parque de Theresienwiese, el festival de la cerveza de Bavaria, que estaba estos días en construcción, preparándose para su inauguración a finales de septiembre. Pero por supuesto uno puede encontrar buena cerveza en toda la ciudad, especialmente en los famosos Bier Garten, como el Augustina Keller o el Hofbräuhaus. Nuestra primera parada fue en el Biergarten donde la Chinesischer Turm, en el Englischer Garten. Un sitio lleno de gente en terrazas donde comer especialidades como el codillo o las salchichas y llenarse de jarras de cerveza, mientras tocan música bávara o también, cuando estabamos nosotros, pudimos escuchar una banda de gaitas escocesa.
El centro de la ciudad es un caos de gente yendo y viniendo, en pleno agosto. Curiosamente, en todo el centro de la ciudad no se escuchaba casi un ruido, es el silencio de las multitudes centroeurpeas (en Varsovia o Vienna a veces también es posible sentirlo!) y que a un español nos resulta tan extraño.
La bicicleta, como en otros muchos de los países vecinos de centroeuropa, es protagonista de la ciudad absoluta, un método sano, rápido y económico de moverse por la ciudad.

Vistas desde el Corneliusbrücke

Neues Rathaus en Marienplatz, centro neurálgico de Munich y donde podéis ver en pequeño el famoso carrillón.

Marienplatz, Munich
Es obligatorio aprovechar para pasar el día, especialmente cuando el calor apremia, en los parques de la ciudad, una gozada. El Englische Garten sin duda es de paso obligatorio, además del ya comentado Biergarten podéis encontrar una interesante recomendación: ir a ver cómo se hace surf en Baviera. Sí, sí, surf. En el canal del río Eisbach se las han arreglado para que la corriente les sirva como motor principal para practicar este deporte. De día o de noche, incluso en los inviernos nevados, es posible ver a la gente preparada con sus tablas y sus neoprenos practicando en el canal, que unos metros antes advierte de que no se debe bañar uno “bajo riesgo de su vida”. La curiosidad atrae a mucha gente que se queda en el puente mirando y sacando fotos a los deportistas.

Bayerische Staatskanzle en el Hofgarten.

Hofgarten

Típica escena de surf en el canal del rio Eisbach. Se sitúa en las proximidades del museo de arte contemporáneo de Múnich, el Haus der Kunst, en los jardines Englische Garten.
Otro modo de superar el calor de Agosto es irse a pasar el día a orillas del río Isar, donde el bajo caudal del agua permite a la gente aprovechar para tumbarse, pasar el día y darse un baño. En el puente de Corneliusbrücke está montado un inusual chiringuito de playa lleno de puffs para relajarse aún más.

Puesto de playa fluvial en el Corneliusbrücke. Atención al piano: “Play me, I’m yours!”

Puesto de playa fluvial en el Corneliusbrücke
Nuestra última visita fue al Schloss Nymphemburg, un impresionante palacio barroco con unos jardines impresionantes que me recordó mucho a los palacios vieneses. Los cisnes por supuesto no podían faltar y se ofrecieron como modelos para las fotos 🙂
Quedaron muchas cosas por ver, como por ejemplo en las afueras el castillo que inspiró a Disney, el famoso Castillo de Neuschwanstein – y también muchas cervezas que probar-, pero es lo mejor porque así siempre está pendiente una segunda visita a Baviera 🙂

Schloss Nymphenburg

Jardines del Schloss Nymphenburg

Mis amados cisnes, posando en el Schloss Nymphenburg.
Sin comentarios